Tenemos una nueva mascota en la clase, bueno, debería hablar en plural, porque son tres gusanos de seda, dos hembras y un macho (los machos son con rayas y las hembras más blancas).
El lunes vamos a hacer votaciones y les pondremos nombre. De momento os contamos lo que hemos aprendido con ellos tras investigar por internet.
La mariposa de la seda, una especie de polilla, tiene su origen en el gusano de seda (Bombyx mori en términos científicos), un artrópodo de origen asiático. Como la de otras orugas, la vida del gusano de seda pasa por cuatro fases: huevo, larva o muda, crisálida y mariposa.
Los huevos permanecen aparentemente inactivos durante el verano, otoño e invierno, hasta que en primavera eclosionan las larvas, coincidiendo con el despertar del árbol de cuyas hojas se alimentan, la morera, y justo tenemos una en nuestro patio ¿no os parece que somos muy afortunados? éstos árboles también empiezan a echar sus primeros brotes en la misma época del año.
En este estado de “gusano” pasan unas seis semanas, alimentándose de las hojas de morera y creciendo. Mudan 4 veces su piel en ese espacio de tiempo, ya que pasan de los tres milímetros hasta los siete o los ocho centímetros que pueden medir cuando ya son adultos.
Al final de esa vida adulta, comienzan a tejer el capullo, una tarea que les lleva tres o cuatro días. El gusano va segregando el hilo de seda y envolviéndose en él hasta que queda dentro transformado en crisálida.
Dentro del capullo tiene también lugar la metamorfosis de la crisálida en mariposa, todo en unas dos o tres semanas, al término de las cuales la mariposa segrega un líquido, rompe el capullo y sale.
En los días siguientes (entre ocho y doce) las mariposas –que ya no comen– sólo se aparean, ponen entre 200 y 300 huevos y… mueren.
Y vuelta a empezar, así es el ciclo de la vida.
Además, estamos trabajando en clase una poesía y estamos elaborando un librito. Eso os lo enseñamos otro día.
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